LOS FACTORES CLAVES EN UNA BUENA DECISIÓN

 

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Los seres humanos somos complejos. Ciencias como la economía deciden no tomar en cuenta el inusual factor humano con sus variables de decisión y acción, sino como un ser racional que siempre va a tomar las decisiones basado en esto. También está el de la matemática, donde el campo de la probabilidad sufre en tratar de encontrar el número que más se aproxime al raciocinio. Y aun la psicología, una ciencia que solo se dedica al estudio del comportamiento humano, lo único que pueden hacer es poner términos de ciertos actos, encontrar patrones y sacar conclusiones. Pero no tiene una ecuación que tome en cuenta estos factores y determinen lo que puede pasar en el futuro, o sencillamente saber a ciencia cierta el porqué de una decisión tomada. Sin embargo, sí han llegado a determinar varios factores determinantes en este proceso. Algunos de ellos son el entorno y la enseñanza en la crianza, emociones y sentimientos, y efectivamente la racionalidad. Tomando estos tres factores con los de mayor relevancia, dejando muchos otros fuera del prospecto, se tratará de convencer que el factor de la educación en el proceso de crecimiento es el factor con mayor peso en lo que respecta la toma de decisiones éticas.

Para poder juzgar cuál es el factor más importante es preciso entender lo que significa cada una. La racionalidad en una decisión es el proceso cognitivo donde se sopesa las alternativas para alcanzar el mejor resultado potencial. En este proceso, suele primero definirse la situación, luego identificar los criterios importantes, considerar las soluciones posibles, calcular las consecuencias de esas soluciones frente a la probabilidad de satisfacer los criterios y finalmente elegir la mejor decisión. En el factor de emociones y sentimientos se relacionan mucho, pero igual una es diferente a la otra. Las emociones son: “el conjunto de respuestas neuroquímicas y hormonales que nos predisponen a reaccionar de cierta manera ante un estímulo externo o interno (como un recuerdo)” (Torres). Mientras que los sentimientos además de esta predisposición espontánea, incontrolable y automática incluyen la evaluación consciente de esta experiencia. Es decir, que en un sentimiento hay una valoración consciente de la emoción y de la experiencia subjetiva en general, por eso suelen durar más. En cuanto a la educación en el proceso de crecimiento, se entiende como todos los valores, enseñanzas y aprendizajes inculcados en las personas en su temprana edad.

El factor de la racionalidad nos ayuda a tener un prospecto más amplio de la situación y posiblemente nos lleve a tomar la decisión que nos traiga más beneficio. Pero a veces puede que establezcamos el beneficio incorrecto, el económico. Este beneficio es clave en muchas de las decisiones que tomamos día a día, tanto laborales como personales, y para muchos es el motivo de todos sus esfuerzos. Pero cuando nos dejamos llevar por éste, dejamos atrás muchos otros que son importantes, como reconocer el impacto de mi decisión sobre otros, los valores (asociado con la educación), la reputación y las consecuencias. Es por eso que las decisiones éticas se ven en peligro con este tipo de pensamientos e intereses. Por otro lado está el emocional, aunque se piense que las decisiones tomadas por los sentimientos son malas, no es así. No contar con la capacidad de procesar adecuadamente las señales emocionales es catastrófico, ejemplo (extremo) de esto son las conductas psicópatas. Tampoco es acertado llegar al otro extremo de basarse puramente en las emociones, ya que éstas son impulsivas y están sesgadas de toda consecuencia. Lo que realmente ocurre es que en todas las decisiones que tomamos son influenciadas por nuestros sentimientos, emociones, motivaciones y deseos ocultos. De allí, se vuelve vital la influencia del factor de la educación. Hay una famosa frase que dice que la mente de los niños es como plastilina, y estoy totalmente de acuerdo con ésta. Se refiere a qué en la edad temprana de las personas es cuando se moldea la personalidad. En todo ese proceso vemos que se encuentran las buenas y malas experiencias, las enseñanzas, los principios y valores inculcados y muchos otros factores que van fundiendo las características de una persona. Si dentro de todo este proceso el principio ético no fue mencionado o mal fundado, de ahí en adelante todo marchará mal. Se puede entender a los principios y valores como la base de una construcción, si los cimientos no son buenos, el único futuro de la construcción es un estrago.

 

Para tomar una decisión correcta es necesario ese proceso cognitivo del lado racional para tener una mejor idea de toda la situación. Involucrar a los sentimientos sin llegar al extremo de dejarse llevar por ellos. Y tener los valores y principios muy claros, que sean la guía de toda decisión.


Detalles del articulo

  • Autor
    Maria Paula Marulanda
  • Lugar
    Bogotá Colombia.
  • Año
    2019
  • Tema
    Emociones

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