Crónicas de una pandemia anunciada

 Por: Sebastián Saad 

No hay necesidad de introducir  nuestro próximo tema de conversación, puesto que muchos hemos tenido la poca fortuna de tratar con él, otros hemos visto los efectos que ha tenido sobre nuestros familiares. Sin embargo, aquellos que han tenido la suerte de no cruzárselo de primera mano, ciertamente han sentido sus efectos en la forma de un cambio estructural en su modo de vida. Lo vemos todos los días y en todos los ámbitos. Nos hemos aislado, y ejemplos son varios: desde un máximo de personas a quienes podemos invitar a la fiesta en el sábado y horarios restringidos para la pateada de futbol en los domingos, todo esto mientras nuestras expresiones son a medias y nuestras voces son enmudecidas por una capa más de distanciamiento. Las reuniones en la oficina de juntas y las sesiones magistrales han sido relocalizadas al enlace de Zoom y a la grabación de clase.

Pero esto nos ha hecho percatamos de nuestra naturaleza grupal, necesitamos el contacto y no hay cantidad de series en Netflix que puedan llenar ese vacío. Y después de dos décadas de buscar cómo hacer más desde lejos, hemos clamado por aquellos espacios que nos ponen uno frente al otro.

Pero sobre todo, nos hemos dado cuenta que el virus llegó para quedarse, y que nos ha dado la bienvenida a la nueva normalidad. 

 

No podemos decir que no fuimos advertidos. Solo en lo que llevamos de este siglo ya habíamos tenido varios llamados de advertencia, el brote de SARS en 2002, la recaída de la de la H5N1, el surgimiento de la gripa porcina (H1N1) en 2009, la aparición de brotes del SARS por el medio oriente en el 2012, y el Ébola incubado en África en 2014. Todas estas pandemias habían aparecido casi de manera periódica y cada una, nos fue aleccionando de lo mal que estábamos preparados y la suerte que tuvimos en su lotería genética (Sanger, Lipton, Sullivan, & Crowley, 2020). Sin embargo, y parafraseando el viejo adagio, “somos el único animal que es capaz de tropezar dos veces con la misma piedra”. Tenemos tan mala memoria, que hasta algunos llegamos a tildar de “profetas” o “conspiradores” a aquellos que buscaron llamar la atención de estas tendencias. Enfermedades como el Ébola llevan en circulación desde 1973, e incluso luego de prender las alarmas y movilizar todos los mecanismos internacionales, gubernamentales, y hasta la abuela en el Facebook, aún siguen haciéndolo (WHO, 2020). Entonces, ¿por qué aparecen?, ¿por qué no logramos prevenir o erradicar?  

Ciertamente son preguntas difíciles de responder, dadas sus composiciones multifactoriales. No obstante, me atrevo a resumirlo en dos puntos: biología y política. La primera ha existido desde siempre y poco ha cambiado en los aproximadamente 3.000 años que llevamos de existencia. Las interacciones biológicas son el escenario para la simbiosis. A medida que la población ha aumentado de manera exponencial, los planes de desarrollo no han logrado mantenerse al ritmo de las crecientes tasas de densidad poblacional. Esto es especialmente visible en economías en desarrollo, las cuales cuentan con un bajo PIB o altos coeficientes de Gini, y cuyo Estado no recibe o “pierde” los recursos necesarios para proveer estándares mínimos de sanidad a toda su población. Es bajo este escenario, que las enfermedades encuentran la oportunidad de emerger. No obstante, el problema no radica en su existencia o aparición, pero si en su control, y es aquí donde el animal político sale de la jaula. Si bien somos gregarios, tendemos a acotarnos en distintos grupos. Tendemos a ser utilitarios, pero erramos en conferir valor en relación con nuestra cercanía. Es por esto que conceptos como poverty diseases (Stevens, 2004) son prevalentes y razón por la cual el 75% de las vacunas fueron administradas a solo 10 países (WHO, 2021).  

Probablemente a medida que avance la pandemia encontremos cada vez más un cambio de corazón, ojalá sincero. No obstante, por lo pronto esto está lejos de ser el caso. Rotaciones de inventarios perecederos, son enmascarados como obras filantrópicas (Stacey, 2021). Por otro lado, y de manera inoportuna, sobreponemos el utilitarismo de acto sobre la regla, y anteponemos nuestras necesidades sociales sobre la seguridad grupal (Lipsky, 2021). Este cambio no está llegando lo suficientemente rápido, pues su ausencia se hace evidente cada  vez que escuchamos en las noticias, acerca de una nueva sepa. La biología nos trajo aquí, pero fue nuestra deontología la que nos hizo quedar. Bienvenidos seamos entonces, a la nueva realidad.  

  

Referencias

Lipsky, J. (2021, Marzo 19). How the Illegal Rave Scene Thrives During the Pandemic. Retrieved from New York Times: https://www.nytimes.com/2021/03/19/nyregion/illegal-dance-parties-covid-nyc.html 

 

Mueller, B., & Robbins, R. (2021, Agosto 2). Where a Vast Global Vaccination Program Went Wrong. Retrieved from New York TImes: https://www.nytimes.com/2021/08/02/world/europe/covax-covid-vaccine-problems-africa.html 

 

Sanger, D., Lipton, E., Sullivan, E., & Crowley, M. (2020, Marzo 19). Before Virus Outbreak, a Cascade of Warnings Went Unheeded. Retrieved from New York TImes: https://www.nytimes.com/2020/03/19/us/politics/trump-coronavirus-outbreak.html 

Stacey, K. (2021, Junio 3). US unveils plan to donate millions of Covid vaccine doses globally. Retrieved from Financial Times: https://www.ft.com/content/36b647f8-d249-46b9-9ce1-f469251e3635 

Stevens, P. (2004). Diseases of poverty and the 90/10 gap. London: International Policy Network. 

WHO. (2020). https://www.who.int/emergencies/situations/Ebola-2019-drc-. Retrieved from World Health Organization: https://www.who.int/emergencies/situations/Ebola-2019-drc- 

WHO. (2021, Mayo 24). Director-General's opening remarks at the World Health Assembly - 24 May 2021. Retrieved from World Health Organization: https://www.who.int/director-general/speeches/detail/director-general-s-opening-remarks-at-the-world-health-assembly---24-may-2021 

  

 

 

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