LAS EMOCIONES EN LA TOMA DE DESICIONES
La teoría económica que enseñan en las clases de economía o administración de empresas tradicionales, en donde el agente decisor toma decisiones con un fin económico, prevaleciendo la ganancia personal y la generación de valor económico ha sido denominada homo economicus. Teniendo en cuenta esta concepción de la práctica de toma de decisiones, absolutamente todas las decisiones estarían encaminadas al mayor beneficio económico, sin incluir factores del entorno o personales en esta ecuación, llevando incluso a pensar que decisiones que desencadenan actos de corrupción o que tienen efectos negativos, estarían cobijados por esta dinámica económica de toma de decisiones, sin considerar la influencia del ser humano y preponderando en gran medida el ‘tener’. Pero, como lo afirma Juan Manuel Andrés en su trabajo Ética, Corrupción y el paradigma del Homo Economicus:
“La neurociencia ha demostrado el papel dominante de los sentimientos en las decisiones y actos de los individuos. Especial importancia adquiere la comprensión de los sentimientos morales a la hora de analizar científicamente la vigencia de los principios normativos sobre los que se asientan la democracia y el libre mercado” (Andres, 2012)
Lo que demuestra inequívocamente que las emociones y sentimientos son factores de influencia en la toma de decisiones racional, sugiriendo resultados diferentes y no únicamente encaminados a un fin económico.
Por consiguiente, y una vez establecida el efecto de las emociones y sentimientos en las decisiones que toman los individuos racionales, es conveniente pensar en el efecto que pueden tener esas decisiones en la realidad propia (de quien las toma) y en la realidad de los demás (a quienes puede afectar cierta decisión). Lo anterior, sugiere que las emociones y los sentimientos pueden cambiar los resultados de una decisión, así como lo hace el pensar en el efecto que podría tener en el entorno, lo que se denomina comúnmente “beneficios y costes ajenos” (Andres, 2012), y hace referencia a la magnitud del impacto que tienen las decisiones en el entorno de los demás.
De esta forma, teniendo en cuenta las definiciones anteriores, se puede establecer que las decisiones que toman los agentes decisores: 1. Se ven influenciadas por las emociones y sentimientos previos; como lo expone Lerner et al. en los resultados de sus experimentos sobre la influencia de las emociones y sentimientos en los precios y dinámicas de ventas de acciones: “[…] emotions can have dramatic effects on economic transactions, even when they arise from a prior, irrelevant situation” (Lerner, Small, & Loewenstein, 2004). 2: se ven enmarcadas en un ambiente común y compartido, en donde los efectos de dichas decisiones se verán reflejados en las realidades de quienes conforman el ambiente en cuestión.
Asimismo, y teniendo en cuenta los dos postulados a los que se ha llegado, es posible entonces imaginarse una situación hipotética: supongamos que una directora de reclutamiento de una empresa debe seleccionar el sujeto adecuado para un cargo específico. En la mañana tuvo una discusión con su hija: una adolescente que demanda más atención y lo demuestra con su comportamiento; y la tiene bastante afectada (triste: emoción). Al momento de entrevistar a los candidatos, a pesar de que hay 3 de ellos (cada uno con sus realidades diferentes) y que la compensación salarial puede ser diferente para cada uno (significando un beneficio económico potencial para la empresa), decide seleccionar a una candidata que, en medio de su entrevista, contó acerca de su hija, una adolescente que, al igual que su hija, requiere más atención. Lo anterior, aunque es una situación hipotética, puede demostrar la creación de una relación de empatía entre los dos individuos, que afecta el resultado de las decisiones, como lo expone Andres en su trabajo: “la reacción de los individuos ante actos inmorales es fundamentalmente emocional, lo que respondería más bien al concepto de simpatía del espectador imparcial de Adam Smith en su Teoría de los Sentimientos Morales (1759), que hoy entenderíamos como empatía.” (Andres, 2012).
Para concluir, es necesario entonces repasar los dos postulados a los que llegamos: 1. Las emociones y sentimientos afectan el resultado de las decisiones de los agentes decisores. 2. Las decisiones se toman en un entorno compartido, en donde los efectos de dichas decisiones pueden afectar, positiva o negativamente, el entorno de otros agentes. De esta forma, es posible comprender las motivaciones intrínsecas del ser humano, y desestimar la concepción de que el único fin de una decisión es el beneficio económico, pues se estaría desconociendo la naturaleza empática del ser humano y las dinámicas del entorno comunitario. Asimismo, queda como interrogante: ¿las decisiones que desencadenan actos de corrupción son tomadas teniendo en cuenta la afectación al entorno de los demás? ¿Las decisiones que desencadenan actos moralmente incorrectos, pueden estar influenciadas por sentimientos o emociones?
Bibliografía
Andres , J. (2012). ÉTICA, CORRUPCIÓN Y EL PARADIGMA DEL HOMO ECONOMICUS. Universidad Autónoma de Madrid. Fundación General, Madrid.
Lerner, J., Small, D., & Loewenstein, G. (2004). Research Report Heart Strings and Purse Strings Carryover Effects of Emotions on Economic Decisions. Carnegie Mellon University .
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AutorRicardo Palacio Toro
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LugarBogotá Colombia.
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Año2019
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TemaEmociones