Pasividad Peligrosa

Por: Juan Esteban Parra Lozada

Lo político se está dejando de lado. Como bien lo dice Danielle Allen en el libro de Hanna Arendt, este fenómeno de despolitización que se presenta en la actualidad ha generado una pasividad peligrosa en la sociedad. Lo anterior es catastrófico, ya que el pensamiento crítico se ha vuelto mucho más escaso en nuestra cotidianidad. El hecho de que hoy en día confiemos ciegamente en la ciencia ha ocasionado que nosotros como individuos nos mostremos resistentes a tomar posturas o abandonar ese peligroso estado de pasividad que la lectura expone.

Me parece muy interesante la correlación entre la formación universitaria de las personas y el grado de compromiso o involucramiento político de estas. Sin embargo, también me parece un dato bastante preocupante, ya que refleja que cada vez va a ser mucho más difícil tomar decisiones de política pública que tengan en cuenta los puntos de vista de toda la sociedad y, por lo tanto, no es de extrañar que el margen de error de estas decisiones incremente. La idea de que la ciencia nos tienta a poner fin a la política y transformar la condición humana en una serie de problemas técnicos con soluciones definitivas es amenazante. Los datos, la evidencia y la ciencia por si solos no pueden dictaminar o guiar lo político, también es necesario involucrar el cuestionamiento humano, puesto que el proceso de toma de decisiones de nuestra especie va más allá de lo cuantitativo. Dejar todo en manos de la ciencia hace que nos volvamos exageradamente pasivos y no cuestionemos a profundidad aquello que hacemos. Como se comenta en la lectura, la ciencia debe ser una herramienta de apoyo, no una guía definitiva. Personalmente, considero que como sociedad hoy en día estamos de acuerdo con que la ciencia es una herramienta muy poderosa. Dado lo anterior, el problema ya no recae en sí es útil o no incorporar la ciencia dentro del proceso de toma de decisiones en lo político, sino más bien en implementar esta herramienta de manera crítica.

A pesar de los avances científicos, los agentes que toman las decisiones importantes seguimos siendo los humanos y, por lo tanto, continúa siendo necesario el desarrollo del pensamiento crítico. La lectura del estado de la vacunación a nivel mundial demuestra que el desarrollo de las vacunas contra el virus y sus variantes no es suficiente para lograr la inmunidad que tanto se ha prometido, pues también existe la necesidad de políticas que promuevan el avance de la vacunación de una forma estratégica e inteligente. Lamentablemente, la fe ciega en las vacunas ha hecho que la discusión política se deje de lado y, por lo tanto, se haya permitido que las empresas farmacéuticas actuaran a su gusto como lo dice el autor. Al parecer se nos olvidó que las farmacéuticas también son empresas y en consecuencia no podemos esperar que su conducta sea intachable.

Podemos decir que actualmente como sociedad nos estamos dejando llevar por la corriente y no estamos pensando más allá de lo superficial. Al dejar de lado lo político, también se está dejando de lado una de las principales características del ser humano, el pensamiento crítico. Por ende, pareciera que estamos viviendo en piloto automático en un mundo digital y a merced de lo que diga la ciencia. Aunque esta sea una herramienta poderosa, no puede ser una guía definitiva o ¿acaso usted confiaría ciegamente en la ciencia para tomar las decisiones de su vida?

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