El Rol de la Educación en Asuntos Éticos

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Los comportamientos de las personas y sus decisiones están altamente relacionados con las experiencias que estos han tenido a lo largo de sus vidas. La educación y formación son responsables del tipo de experiencias obtenidas por cada persona, y la perspectiva con la que afrontan los acontecimientos. Existen dos pilares principales que se encargan de educar a una persona desde temprana edad. En primer lugar, la familia o el hogar de donde proviene la persona y, en segundo lugar, el instituto escolar al que se pertenece. Este texto busca exponer que, en etapas de formación es indispensable plantear escenarios que incentiven a las personas a comportarse de forma ética y cuando las personas tengan estas bases sólidas, puede comenzar a implementarse actividades educativas que incentiven a desarrollar otras competencias.

Existen tres áreas principales donde las personas tienen el reto de mostrar su comportamiento ético; estas áreas son, el ambiente educativo, la vida personal y la profesional. Generalmente una persona que tiene comportamientos éticos, actuará de esta forma las tres áreas, sin embargo, puede suceder que la persona tenga una mayor tendencia a ser ética sólo en un área. La primera área mencionada, es en la que el ser humano tiene la primera oportunidad de hacer trampa, por esta razón este momento es tan determinante y la forma en la que la persona experimente esta etapa será fundamental para analizar el futuro comportamiento en las otras áreas. La ética se compone por unos comportamientos que en su mayoría son universales, y determina las acciones correctas e incorrectas de las personas para poder vivir en sociedad. Por lo cual es indispensable que todas las personas cuenten con bases sólidas en esta área desde temprana edad antes de desarrollar otras habilidades, ya que finalmente éste será un aspecto indispensable para poder vivir en sociedad que finalmente es lo que se espera de todo individuo.

En muchas ocasiones, se puede atribuir que la trampa es uno de los diversos resultados de la competencia, que incentiva a las personas a compararse con otros y ser mejor que los demás a cualquier costo. Sin embargo, no se puede opinar que se debe eliminar la competencia para lograr que las personas se comporten de forma ética, pues la competencia es un componente indispensable en la sociedad, por lo cual se debe encontrar una manera en que se pueda compartir los comportamientos éticos dentro de un ambiente competitivo. Para resolver este dilema, encuentro muy valioso un comentario que brinda Dan Ariely: Our buggy moral code, donde expone un experimento en el que tiene dos grupos. En ambos grupos realiza la misma investigación, con la diferencia de que en el segundo se les pide enumerar los diez mandamientos antes de comenzar el experimento. El resultado de esta investigación fue que aquellos en el segundo grupo hicieron menos trampa que en el primero.

Por esta razón, es indispensable que las personas tengan siempre una claridad de lo que es correcto y lo que no es. En primer lugar, se debe enseñar esto a las personas desde temprana edad, puesto que estas serán las bases que recibirán y será determinante para el comportamiento en el futuro. Posteriormente es importante realizar recordatorios durante la educación de las personas en el colegio y en las universidades, ya que esto garantiza un fortalecimiento en la ética de la persona. Generalmente la educación tiende a enfocarse en que las personas sean competitivas, lo cual es positivo, pero se olvidan de fomentar la formación ética de la persona, lo cual incentiva a que los estudiantes hagan trampa y vuelvan habituales estos comportamientos. La idea de Dan Ariely es muy acertada para poder mantener los componentes éticos dentro de una educación competitiva, pues por un lado se puede presentar una tarea que requiera de esfuerzo y competencias, pero previo a esta tarea es importante explicar en las instrucciones y hacer una breve presentación donde se comente que el componente ético dentro de cada prueba será tomado en cuenta para ser penalizado o elogiado. En una primera instancia, el código ético debe ser el primer componente en la educación, posteriormente es importante asignar otro tipo de pruebas para que las personas desarrollen sus competencias, pero siempre recordando que el componente ético que es necesario para desarrollar buenas personas que puedan compartir en sociedad. No siempre somos conscientes de las reglas de juego antes de comenzar.


Detalles del articulo

  • Autor
    Felipe Avendaño
  • Lugar
    Bogotá Colombia.
  • Año
    2019
  • Tema
    Eduación

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