¿Es la discusión sobre las relaciones entre profesores y estudiantes realmente ética?

¿Es la discusión sobre las relaciones entre profesores y estudiantes realmente ética?

 

Reflexión:

 

  • "Las relaciones personales, sean amorosas, sexuales, o de cualquier tipo, no deben ser prohibidas, siempre y cuando haya consenso y capacidad de decisión."

 

  • ¿son las relaciones personales entre profesores y estudiantes una falta a la ética? Si así lo fuera, ¿a la ética de quién?

 

 

Las relaciones personales, sean amorosas, sexuales, o de cualquier tipo, no deben ser prohibidas, siempre y cuando haya consenso y capacidad de decisión. En muchas ocasiones, hay soluciones que no atienden realmente al problema que se presenta, como lo estableció en su momento Ian Mitroff: “All of the serious errors of management can be traced to a major fundamental fault or flaw, solving the wrong problems precisely, or muddled thinking” (Mitroff, 1998). Y aunque Mitroff se refería a problemas enmarcados principalmente en la estrategia corporativa, su concepción de solucionar el problema equivocado es bastante útil en esta discusión.

 

En primer lugar, y habiendo establecido que no estoy de acuerdo con la decisión de prohibir las relaciones amorosas, procederé a listar algunos argumentos que utilizan quienes sí están de acuerdo para desestimarlos de ser posible. El argumento principal que utilizan es que se deben prohibir las relaciones para evitar el abuso o el acoso, pero entonces en realidad el problema no es la relación amorosa, es el acoso que se puede dar en algunas situaciones. Se estaría asumiendo entonces que todas las relaciones existentes entre profesores y alumnos nacieron por acoso o incluyen algún tipo de acoso, y esta afirmación no es justificable desde ningún punto de vista. Si en realidad lo que se desea es evitar es el acoso, la prohibición no ayuda, y se debe atacar el problema desde la creación de protocolos efectivos para denunciar los acosos, o una cultura de rechazo a todo tipo de agresión o acoso por parte de cualquier miembro de la comunidad educativa. Si se ataca el problema de los acosos desde la restricción o prohibición de las relaciones, se estaría tratando de solucionar el problema equivocado.

 

Asimismo, muchos defensores de la prohibición argumentan que con las relaciones personales se pueden crear conflictos de intereses entre las partes, como lo expone McArthur en su artículo: “Supporters of relationship bans will say that such relationships often create conflicts of interest, such as cases where a student is involved with his or her supervisor.” (McArthur , 2017). En este caso, es también aplicable la teoría de Mitroff, pues usar la prohibición de las relaciones como herramienta para evitar la creación de conflictos de intereses no solo es desmedido, si no que está mal direccionado. Si el problema es la creación de conflictos de intereses, la solución puede representarse en políticas para el manejo de estos escenarios, en donde podría estar incluidas algunas formas de acción, como cambiar de supervisión, darle un manejo apropiado y no simplemente suprimir la situación.

 

Por otra parte, es necesario citar el argumento usado por algunos defensores de la prohibición y expuesto por McArthur en su artículo:

“University professors occupy an important place in our society and have concomitant (sic) ethical obligations. The AAUP Statement of Professional Ethics makes this clear: ‘l) The professor, guided by a deep conviction of the worth and dignity of the advancement of knowledge, recognizes the special responsibilities placed on him ...’ (McArthur , 2017)

Dicho argumento presenta varios problemas en su concepción: los profesores sí representan un lugar de guía o conocimiento en la sociedad, pero eso no debe representarles obligaciones diferentes en materia ética que al resto de ciudadanos del común. Por otra parte, se insinúa con este argumento que las relaciones personales representan una falta a la ética, donde cabría preguntarnos entonces ¿son las relaciones personales entre profesores y estudiantes una falta a la ética? Si así lo fuera, ¿a la ética de quién? Un hecho innegable es que en este tipo de situaciones no existe una única respuesta, ni una única concepción sobre lo que está bien o está mal.

 

Para concluir, habiendo repasado algunos de los argumentos que usan quienes apoyan las prohibiciones y analizado su validez en el marco de la ética, se puede establecer entonces que más allá de prohibir o no, ésta no es una decisión ética solamente. Las relaciones personales entre profesores y estudiantes pueden estar sujetas a muchas variables y casos en los que la solución no debe ser la prohibición, sino la gestión adecuada de los verdaderos problemas, como el acoso, el conflicto de intereses y demás. Asimismo, esta discusión deja algunas preguntas válidas a la hora de abordar este tipo de hechos: ¿es la ética universal?, ¿se puede evaluar diferentes situaciones con una concepción de ética general?  ¿Lo que está bien para un grupo social, es lo que está bien para otro?

 

Bibliografía

McArthur , N. (2017). Relationships between university professors and students: Should they be banned? Ethics and Education.

Mitroff, I. (1998). Solving the right problems.


Detalles del articulo

  • Autor
    Ricardo Palacio Toro
  • Lugar
    Bogotá Colombia.
  • Año
    2019
  • Tema
    Acoso en la Universidad
 

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